viernes, agosto 02, 2019

Érase una vez en el Teatro Fígaro...agradecimientos

Era un riesgo y, en cierta forma, una osadía. Afrontar la versión escénica de "La ridícula idea de no volver a verte" de Rosa Montero no era un proyecto más, de los que se acometen para mantener la actividad de una de tantas compañías teatrales que pueblan el panorama nacional de las artes escénicas. Claro que Rosa Montero tiene "cartel", pero si el tiro sale por la culata, no hay quien lo salve.



Afortunadamente, no sólo hemos salido indemnes, sino que hemos conectado muy bien con el público, la autora está contenta y las críticas han sido positivas. Y, pensándolo bien, no es casualidad. Alguien dijo que "en teatro, si ha habido trabajo, acaba notándose". Y el trabajo creativo y de producción ha sido intenso, profesional y fluido. Desde la protagonista, María Luisa Borruel a la productora ejecutiva, Manuela Vázquez, pasando por la totalidad del equipo técnico-artístico, colaboradores asiduos de Aran Dramática a lo largo de los años, han aportado algo más que solvencia profesional como si, desde el principio, desde los primeros ensayos a los que iban asistiendo, sintieran que estábamos sumergidos en una experiencia especial. Y, aunque no proceda y resulte anecdótico, es justo destacar que la totalidad de quienes han sido responsables del éxito obtenido, son extremeños de nacimiento o adopción y desarrollan su actividad profesional en la región. A todos y todas, mi agradecimiento y enhorabuena.

Eugenio Amaya

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