El
paso del teatro al audiovisual online autoinfligido está
lleno de placeres, satisfacciones, embrollos y tribulaciones varias,
como la vida misma. Gracias a los dioses que he acertado con la selección de intérpretes y equipo técnico. Dicen que es lo más
importante en cualquier proyecto de vida y, en las artes escénicas y
audiovisuales, más todavía. Comparto la noción de que lo más
importante es trabajar con buenas personas, luego vienen la calidad
profesional y el talento de cada cual. Poner en pie un producto
artístico, al igual que construir un puente, es un proceso
laborioso, salpicado de imprevistos, satisfacciones pasajeras y
problemas a resolver. Si los implicados nos llevamos bien, trabajamos
desde la ilusión y el rigor profesional, todo fluye y progresa...a
veces, a paso de tortuga y otras, a muy buen ritmo.
Decía
Meryl Streep en un documental sobre una producción de “Madre
Coraje” en el que se la veía ensayando y cometiendo errores, que a
nadie le interesa ver cómo se fabrican las salchichas. Lo
fundamental es el producto acabado y limpito, listo para su consumo
en las condiciones idóneas. Pero en época de redes sociales, donde
se busca la complicidad del público potencial, hay que esforzarse un
poco. Les cuento, por si les sirve de algo: lo primero, la historia.
¿Qué vamos a contar, cómo y por qué? Por mucho confinamiento que
haya, nadie me ha obligado a meterme en berenjenales que impliquen la
buena voluntad y el sacrificado trabajo de un grupo de personas que
apenas podría reunirse en una misma sala durante la Fase Uno de la
nueva normalidad (¿eran quince o diez? Paso de buscarlo en Google).
Hay lectura de sobra, series en la tele, marrones a solucionar con lo
de la supresión de la actividad presencial, prepararse para lo que
viene...En fin, ya que nos hemos puesto, la historia ha de tener
gancho, capacidad de llamar la atención y encontrar su nicho en el
mercado salvaje de los videocontenidos en internet. Surge lo de “¿qué
pasaría si en España se preparase un golpe de estado en medio de la
vorágine pandémico-político-económica?”
Se
escribe el guión pensando en los intérpretes adecuados para cada
papel. No está la cosa para hacer castings, proceso por el que
siento aversión y sólo he empleado dos veces en mi dilatada carrera
profesional. Se trabaja con los conocidos y se investiga a los
“nuevos” in situ y a través de la red de redes. Y se confía.
Afortunadamente, en este apartado, no ha habido grandes contratiempos
(algún que otro detallito técnico que el equipo dedicado a estos
menesteres, ha resuelto con brillantez). ¿El método de trabajo? Una
charlita a través de videollamada, videos de prueba, un par de
indicaciones para orientar al gran reparto compuesto por Pablo
Bigeriego, María Luisa Borruel, Santi Senso, Quino Díez, Maite
Vallecillo y Pilar Brinquete. Tengo que decirlo, no como
reivindicación aldeana, sino por orgullo de región. Todo el reparto
y equipo técnico-artístico son extremeños. Tras las charlitas de
orientación, las pruebas, llega el resultado. Jorge Moraga, Koke
Rodríguez y On.Graphics transforman el material en bruto en los
distintos episodios que se colgarán en el canal de You Tube de AranDramática. Edición, incorporación de efectos, postproducción, etalonaje...Curioso, a mí, el formato de las videollamadas para
contar una historia, me funciona. Queda mejor de lo que pensaba.
Intuyo y espero que encontrará su público, una vez que lancemos el
producto y lo promocionemos en los medios que se interesen por la
experiencia. Ya queda menos. Gracias a todos y todas quienes habéis
hecho posible esta aventura. Sois l@s mejores. Y, a los espectadores potenciales...ojalá os pique la curiosidad y "el puente" del que hablábamos al principio, resista.
Eugenio
Amaya
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