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De izq. a dcha: Elías González, Cándido Gómez, Eugenio Amaya, Mª Luisa Borruel, Pablo Bigeriego, Quino Díez Foto: mai saki |
Se dice que los ensayos son el momento más placentero en la creación de un espectáculo teatral. Es un proceso de búsqueda, de tantear, equivocarse, disfrutar con los aciertos y sentar las bases de la continuidad interna de los personajes y sus relaciones en escena para contar la historia que nos ocupa. Un proceso, a veces arduo, otras gratificante. Se trata de bucear en el subtexto y las circunstancias dadas, aquello que permite que el texto cobre vida, expresividad e intención. A partir de un momento, se produce el milagro y los actores cogen el timón y marcan la trayectoria. Entonces, el director se convierte en orientador, vigilando que la nave no desvíe su rumbo camino del destino final.
“Anomia”
es, sobre todo, texto y actores. Esa es la apuesta. Una obra que trata de la
corrupción política a nivel local durante los coletazos de la burbuja
inmobiliaria. Trasladar al escenario la experiencia humana de la gestión de
asuntos públicos que se esconde tras el velo de las apariencias. Al fin y al
cabo, los responsables políticos durante el esplendor del ladrillo, no llegaron
desde otro planeta. Surgieron de las entrañas de nuestra sociedad y sus
principios y valores, o falta de ellos, no nos son ajenos.
El
desafío es la verosimilitud y, como en toda experiencia teatral, captar la
atención del espectador y conseguir que viaje con nosotros a través de las
peripecias que enfrentan los personajes. En ello estamos, poniendo lo mejor de nosotros
mismos, combatiendo las asechanzas de la inseguridad ontológica
que siempre hace acto de presencia en todo proceso de creación. A lo lejos, se
divisa el puerto del Teatro María Guerrero, Sala de la Princesa (estreno el 25
de septiembre). Nos vemos allí.
1 comentario:
Tiene buena pinta. Teatro de primer nivel desde Extremadura, y en plena época de crisis. ¡Buen trabajo! Habrá que seguiros de cerca...
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