jueves, junio 03, 2021

Los Cañones, teatro del "aquí y ahora"

 


Eran tiempos de "botellón", fenómeno multitudinario que se expandía por toda la geografía nacional. Por casualidades de la vida, entramos en contacto con un joven escritor pacense, Juan José Marín Torvisco, cuyos cuentos eran ilustrados por un dibujante-músico que había colaborado con Aran Dramática, Antonio Valdés. Nos llamó la atención la facilidad para dialogar que exhibía Torvisco en sus narraciones y quedamos con él para proponerle que escribiera un texto teatral de libre elección que retratara el mundo social y afectivo de su generación. Nuestra única exigencia era crear personajes, relaciones y sentimientos que resultaran creíbles. Torvisco aceptó el reto y de ahí salió "Los Cañones" (enlace a videos en este link), apelativo de un parque de Badajoz, célebre por servir de lugar de encuentro juvenil y sede de emblemáticos "botellones".


Una vez acordado el número de personajes (cuatro hombres y tres mujeres) había que seleccionar al reparto. Asistimos a una muestra de la escuela de teatro privada de la Sala Tragaluz (otra vez recurriendo a la colaboración de Francisco Espada) en busca de talento autóctono. Las clases de interpretación las impartía Memé Tabares, cuya calidad interpretativa conocíamos bien tras su participación en tres de nuestros espectáculos y de cuya profesionalidad y solvencia pedagógica nos fiábamos. Tras un proceso de preselección, invitamos a cuatro de sus discípulos/as a participar en un taller-casting que organizamos recurriendo a nuestro amigo Iñaki Aierra, actor formado, al igual que María Luisa Borruel, con el maestro argentino Martín Adjemian y que también había tenido la oportunidad de asistir a cursos en el HB Studio de Uta Hagen en Nueva York. Al taller-casting invitamos también a tres estudiantes de la Escuela de Teatro de Olivenza y a componentes del colectivo local "Las pulgas del viejo circo". 



 
El reparto definitivo estuvo compuesto por Elías González, Ana Rosa Alegre, Simón Ferrero, Blanca Chaparro, Alfonso Agúndez, Nuria Cuadrado y José Gandía. Los participantes en el taller que quedaron fuera del reparto se incorporaron al proyecto en calidad de ayudante de dirección, Inés Pérez; Julio Rivero, ayudante de producción y Maribel Ruiz, responsable de grabar imágenes proyectadas durante la representación y de un genial documental sobre el proceso creativo de "Los Cañones". Jorge Jorge (Koko Dekolores), entonces integrante de "Las pulgas..." y hoy, intérprete y pedagogo de circo-teatro, aportó su frescura a uno de los videofragmentos proyectados.


El equipo técnico-artístico conjugaba juventud y experiencia. Jóvenes profesionales del universo escénico-musical-audiovisual que ya apuntaban maneras y profesionales de las artes escénicas de contrastada solvencia que habían colaborado con Aran Dramática en anteriores empeños. Manuela Vázquez se encargó de coordinar las tareas de producción, facilitando las cosas y permitiendo que el equipo creativo viviera su proceso sin interferencias. En el siguiente video están tod@s l@s que son. 
       


Nuevamente, la Residencia Universitaria Hernán Cortés, dirigida por Emilio Vázquez, se convirtió en nuestro centro de operaciones. Hasta nos dejaron el banco de parque que servía de único elemento escenográfico. El otro elemento atmosférico, aparte de la iluminación de David Pérez Hernando de nuestros amigos de Karlik y la banda sonora de Koke Rodríguez con las composiciones de Javato e Isayah, lo conformarían las proyecciones realizadas por Maribel Ruiz y Alex Pachón, hoy profesional de fuste en el ámbito de las videocreaciones. Todo ello se puede ver en el documental de Maribel.


Sobre el papel, el proyecto era arriesgado, pero si en teatro no arriesgas, es un sinsentido. Jóvenes actores, jóvenes técnicos, jóvenes músicos, joven autor inédito...lo teníamos todo para estrellarnos o resultar cañeros y sorprendentes. Esa era la apuesta. Nos presentamos a la convocatoria de ayudas a la producción de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura y...primer contratiempo. No pasamos la criba y no hubo ayuda. Había que tirar de recursos propios porque nuestra intención era sacar "Los Cañones" adelante, sí o sí. María Luisa había invertido en una propiedad del deteriorado Casco Antiguo de Badajoz con la intención de convertirla en nuestra sede y sala de ensayos. La puso a la venta y, casi enseguida, la compraron unos empresarios de hostelería que la convirtieron en uno de los locales nocturnos más frecuentados de la ciudad, el "Rincón Nazarí".


Había que, al menos, estrenar la obra en algún sitio. Que quedara constancia y que hubiera vida tras el estreno. Nos dirigimos a uno de nuestros cómplices, Miguel Murillo, director del Teatro López de Ayala y del Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporáneos de Badajoz y le propusimos estrenar en el López. En palabras de Murillo: "(Los Cañones) era el espectáculo más oportuno para abrir el Festival de Teatro de Badajoz. Era una propuesta unida al objetivo del Festival: atraer al público joven sin ignorar a los asiduos al teatro. Y así fue. La calidad estaba garantizada en vista de la atractiva línea de trabajo de Aran Dramática". 


La decisión de Murillo de que "Los Cañones" inaugurara la XXVI Edición del Festival, en 2003, suscitó no pocos recelos y desconfianzas, pero Murillo se mantuvo en sus trece y estrenamos en el teatro de nuestra ciudad abriendo su Festival e incrementando el riesgo. Ahora sí había que estar a la altura del desafío.


El proceso de ensayos fue intenso, liberador y exigente. El taller de Iñaki Aierra había servido para generar confianza mutua y desarrollar un código interpretativo basado en la autenticidad de comportamientos y sentimientos. El texto de Torvisco iba experimentando modificaciones surgidas de las improvisaciones y se iba haciendo cada vez más profundo y expresivo. Cristina D. Silveira de Karlik nos dotó de una textura festiva en un momento del espectáculo a través de una coreografía que resultaba vibrante y espontánea. El tema de desamor, compuesto e interpretado por Javato (hoy líder de la banda Javato y los Disfrutones) daba un tono justo de melancolía poética sin resultar sensiblero y  el rap "Sin comerlo ni beberlo" de Isayah, constituía un colofón descarnado al espectáculo, aderezado por el videoclip de Alex y Maribel. 


La última semana fue de vértigo. A los nervios del estreno inminente, había que añadir la intensa campaña de promoción gestionada por el López de Ayala en los medios de comunicación locales. Repartimos flyers en el botellón de fin de semana y nos encomendamos a Talía para llevar al teatro la mayor cantidad de público posible y así justificar haber sido los privilegiados elegidos para inaugurar la 26 edición del Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporáneos de Badajoz.


Y el día del estreno se colgó el cartel de "No hay localidades" en la taquilla del teatro. Efervescencia y expectación. Durante el espectáculo, risas, silencio reverencial, exclamaciones sonoras entre el público que abarrotaba el López de Ayala y, al final, ovación cerrada con los espectadores puestos en pie, lo que se dice un éxito en toda regla...y sensación de alivio. Escribió el crítico Mortadelus (José Manuel Villafaina) en el Diario de Badajoz: "Los Cañones plantea un testimonio objetivo de la vida social del 'botellón' como espejo fiel de determinadas realidades que enfrentan al espectador con su propia conciencia...Todo dado con desparpajo y profundización. Sin exageración en el lenguaje (Torvisco utiliza con formidable destreza la jerga de una generación...) y con situaciones propias del género realista. El diálogo, siempre vivo y animado, se hace notable e interesa por la oportunidad de las réplicas y la agudeza de las observaciones. Logra caracteres bien dibujados y episodios bien divertidos."



Prosigue Mortadelus (Villafaina): "La dirección artística de Eugenio Amaya se advierte en la depuración del texto, en el ritmo de la acción y en el logro de los matices que componen la estricta relación espacial de un montaje austero, que sólo cuenta con un banco para abreviar ese lugar de encuentro de Los Cañones, la aportación luminotécnica y musical que apoya el espectáculo con efectos ya usuales de un video y el juego fascinante de armonía y disciplina, desde el punto de vista orgánico de los intérpretes en ese duelo dialéctico que une y separa a los personajes."



Y concluye Mortadelus (Villafaina): "En el elenco de jóvenes actores hay soltura, desenfado y veracidad en los roles que desempeñan...Alfonso Agúndez, Ana Rosa Alegre, Nuria Cuadrado, Blanca Chaparro, Simón Ferrero, José M. Gandía y Elías González son los vibrantes encarnadores de los personajes de este capítulo sobre la tesis del 'botellón', que estoy seguro nos hizo meditar durante la función en muchos problemas y responsabilidades." La experiencia quedó bien reflejada en el "Así se hizo...Los Cañones" de Maribel Ruiz. En nuestro canal de You Tube se puede ver. Está colgado en tres episodios y, si les despierta el gusanillo de la curiosidad, pueden verlo dándole al play en este artículo.


¿El recorrido de "Los Cañones"? En Badajoz se vio tres veces, dos en el López de Ayala y una, en el COC (Centro de Ocio Contemporáneo), un lugar de acogida cultural inventado y regentado por Ricardo Utrera y Asun Sánchez. Volvimos al COC varias veces con otros espectáculos de pequeño formato hasta que, como todas las cosas buenas de la vida, feneció en el intento de mantener la actividad gracias al visionario impulso de nuestras autoridades locales. El espectáculo recorrió la Red de Teatros de Extremadura y suscitó la curiosidad de Enrique Salaberría, empresario teatral madrileño, que acudió al López de Ayala a ver la obra y nos ofreció un mes en el Teatro Infanta Isabel de Madrid con posibilidad de prórroga si sobrevivíamos a los imperativos de la taquilla. No pudo ser. Miembros del elenco tenían compromisos ineludibles (una muestra de la Escuela de Teatro de Olivenza) y tuvimos que rechazar la oferta. No obstante, Salaberría puso sobre la mesa la posibilidad de hacer una semana en Santander, en el Salón de Actos de Caja Cantabria. Hubo cambios en el reparto: Juan Duarte por Alfonso Agúndez, Elena Sánchez por Blanca Chaparro e Isabel Martín por Nuria Cuadrado. El apartado técnico lo asumió Xavi Mata que hizo gala de su habitual buen hacer y excelente disposición para resolver problemas y buscar soluciones, siempre al servicio del espectáculo.
                                                  


En Santander se produjo la feliz comunión entre intérpretes y público. Funciones diurnas con el patio de butacas a rebosar, espectadores jóvenes y no muy habituados a encerrarse en un teatro por iniciativa propia al que actores y actrices consiguieron meterse en el bolsillo y fascinarlos con la recreación de experiencias que les resultaban reconocibles y emocionantes. Gonzalo Sellers reflexionaba en El Diario Montañes: "Para conseguir ese efectismo anclado en la más pura realidad, la obra mantiene el pulso al descaro y a la inhibición de la gente que quiere retratar. Y es ahí donde, con una impostada naturalidad (apabullantes los actores: olvidan la desmesura y los vicios que podría acarrear unos papeles de este calado, y apuestan por una sólida interpretación que bebe de la espontaneidad. Felicitaciones, en especial, a Elías González y Ana Rosa Alegre), el juego se vuelve macabro con la aparición de las drogas, los celos y la violencia entre siete almas que, cegadas por la inexperiencia, no son conscientes de todos los rasgos que comparten...Si el botellón actúa de foro donde los jóvenes reflexionan, discuten y se emborrachan, la jerga y los diálogos se erigen como la mayor virtud de la obra de Juan José Marín Torvisco, un joven de Extremadura, de 21 años, que se estrena en el teatro con Los Cañones."


En retrospectiva, creo que "Los Cañones", teniendo en cuenta lo efímero del teatro, demostró que el talento no conoce de límites. Hay que saber detectarlo, estimularlo, crear las condiciones para que florezca y confiar. Luego, cada uno es cada uno. El camino es largo y azaroso. Con muchos de los participantes en este proyecto hemos seguido colaborando y, como se dice ahora, "reinventándonos" en busca del Santo Grial de las artes escénicas que se mantiene escurridizo y caprichoso. Resumiendo, fue un placer y todas y todos los que compartimos esta aventura nos quedamos muy a gusto.

Eugenio Amaya
                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario