Ser
de teatro no implica desatender otros medios de expresión dramática.
Claro que no hay nada como asistir presencialmente en perfecta
comunión entre intérpretes, técnicos y espectadores al ritual
ancestral que ha alimentado nuestra vocación desde que empezamos a
dedicarnos a esto. Salvo que el espectáculo sea un latazo y nuestro
sentido de la cortesía debida nos obligue a superar la claustrofobia
y permanecer en la butaca a pesar de todo. En el caso de una obra
enlatada, una peli o el episodio de una serie, puedes desconectar sin
ofender a nadie. Es el riesgo que asumimos con nuestra webserie El Día D. Salvo lo presencial, los ingredientes, básicamente son los
mismos. Toda obra dramática (sin contar los “nuevos lenguajes
escénicos” y el audiovisual experimental) cuenta con los mismos
ingredientes: una historia, personajes, diálogos, atmósfera, etc.
Y, en este caso, nos encontramos con el impacto de la actualidad.
Como nos pasó con “Anomia”. De vez en cuando, es sano hacer
referencia a lo que ocurre en el ámbito sociopolítico y su efecto
en las personas. O, sumergirse en el mundo de la investigación
policial como hace la excelente serie televisiva “La Unidad”. No
es “descubrir la rueda” hacer mención al trabajo de Julie Taymor, Sam Mendes y muchos otros que han navegado en las dos aguas, teatro
y audiovisual.
Se
repite como un mantra que “lo digital”, como consecuencia del
Covid 19, está aquí para quedarse. Una herramienta más para hacer
uso de ella, según le convenga a cada cual. Es lo que hay. Abrazamos
esta posibilidad y, dentro de poco, iremos colgando en nuestro canal
de You Tube el fruto de nuestros placeres y desvelos. Gracias,
nuevamente, a Pablo Bigeriego, María Luisa Borruel, Santi Senso,
Quino Díez, Maite Vallecillo, Pilar Brinquete, Joge Moraga, Koke
Rodíguez, On.Graphics y Manuela Vázquez por apuntarse a esta
aventura. El confinamiento ha dado frutos inesperados.
Eugenio
Amaya
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