El 21 de abril de 1994 estrenamos en el Teatro López de Ayala de Badajoz nuestra quinta producción como compañía profesional, "Un Hecho Aislado" de Miguel Murillo. Se representó durante dos días, luego hizo una gira por Extremadura, patrocinada por la Dirección Gral. de la Mujer de la Junta, iniciativa de su titular, Pilar Barrientos, y, posteriormente, se representó en el Teatro Galileo de Madrid recorriendo luego el territorio nacional con gran éxito de público y crítica, como se suele decir.

Resulta difícil resumir en una entrada de blog esta experiencia tan rica en emociones, tan esencial en su propuesta escénica y tan vigorosa en su capacidad de reunir a un entusiasta equipo de colaboradores en torno a un proyecto delicado y potencialmente controvertido. La obra narra la peripecia vital de dos mujeres de clases sociales opuestas durante la década de 1930 en Badajoz. Clasismo, desigualdades históricas, festividades tradicionales, agitación, enfrentamiento social, elecciones, clima revolucionario, reacción, guerra civil y...amistad, todo ello en Badajoz.
Rememora Murillo: "Hay algo que me ha impresionado siempre y que está impreso en la genética de la compañía Aran Dramática: Su enorme capacidad para teatralizar la realidad o extraer de esa realidad los materiales que constituyen el acto teatral. A lo largo de su trayectoria podemos observar esto traducido en muchas propuestas teatrales que han gozado de la aceptación y el éxito.

'Un hecho aislado' surgió desde una anécdota, un encuentro que tuve con una señora emigrante en su día que regresaba a la ciudad. En ese encuentro me habló y recordó un tiempo en el que las cosas eran muy diferentes. La ciudad había pasado unos años muy difíciles, la guerra se había llevado por delante y roto muchos vínculos y la capacidad de tener un futuro apartado de rencores y represalias. Por esa razón emigró al extranjero y por esa razón estaba perdida en la ciudad reencontrada, sin referencias y sin orientación vital. Tan sólo mi apellido abrió una luz en su cabeza y fueron saliendo otras pequeñas chispas que se tradujeron en el relato de la relación entre dos mujeres de distinta condición pero con el mismo grado de amor. Eugenio Amaya me animó a escribir 'Un hecho aislado' como contrapunto a las historias de mujeres afectadas por la guerra, por todas las guerras incluyendo la que azotaba a los Balcanes. Fue un ejercicio catárquico: Testimonios, grabaciones, personajes de la época, vestuario, música…y dos actrices geniales: Marili y Beli. Ellas, por encima de cualquier indicación dramática o propuesta escénica, incorporaron sus personajes y los llevaron a ese límite que señala la plenitud del acto teatral: la emoción. Gracias siempre."
En efecto, buceando en el pasado a través de entrevistas y conversaciones con sobrevivientes de la época, nos asomamos a la catarsis. El germen del proyecto fue una invitación a participar en un homenaje a las "mujeres de negro" durante el conflicto fratricida de los Balcanes. Quien firma estas líneas cayó en la cuenta de que, en Badajoz, la guerra civil española protagonizó uno de los episodios más cruentos de la contienda. Qué mejor forma de acercar al público al conflicto de los Balcanes que evocando nuestro propio desgarro.
Manos a la obra. Murillo, a completar la obra situándola en su contexto histórico: la década de los 30 en Badajoz y el resto del equipo, a investigar en busca de autenticidad, adentrándonos en un territorio espinoso con muchas heridas abiertas. Desde nuestro Centro de Operaciones en la Residencia Universitaria Hernán Cortés, iniciamos el recorrido al que se sumó con impagable entusiasmo el director de la Residencia, Emilio Vázquez.

Cuenta Emilio: "Todo era entusiasmo, alegría y buen humor. Aran Dramática ensayaba en la Residencia Hernán Cortés y desde mi primera conversación con Eugenio aquella obra, para mí lo mejor de Miguel Murillo, me cautivó desde que la conocí por las charlas que tuve con Eugenio. La temática era apasionante para mí porque esos hechos tuvieron una importancia capital para mi familia. Eugenio con ese contagioso ímpetu me envenenó del mismo y sin darme cuenta estábamos los dos enfrascados en todo aquello que él, magistralmente iba imaginando. Fuimos a ver a mi querido amigo Ernesto Cerezo y con casi noventa años Eugenio lo convenció para que prestase su voz como el primer locutor de Radio Extremadura.

Tuvimos la suerte de que la Familia Vidarte nos enseñara algo que nadie había visto: la gran colección de fotografías del periodo de la Guerra Civil en Badajoz. Conseguimos convencerlos y el día del estreno de 'Un hecho Aislado' pudimos inaugurar en el actual Cafetín del López una inédita colección de fotografías ilustrativas del momento de la obra. ¡Qué éxito! Y luego viendo la soberbia interpretación de Marili y Beli el trabajo estaba hecho. Qué emoción cuando las dos nos narraban la batalla de flores en el Puente Viejo y tantos otros momentos repletos de capacidad evocadora. En fin, fue una de las experiencias mas bonitas que he tenido en mi vida. Gracias, Eugenio."

Una obra de cámara para narrar acontecimientos espectaculares. Dos actrices y un aparato de radio. Las actrices, María Luisa Borruel y Beli Cienfuegos aportaban las emociones y la radio, el espectáculo...sonoro. Daba la casualidad de que Radio Extremadura-Cadena SER celebraba su 60 Aniversario. El entonces director, Pepe Gutiérrez, me propuso, o yo le propuse a él, no lo recuerdo, que el estreno de "Un Hecho Aislado" sirviera de pistoletazo de salida a los actos conmemorativos de la emisora.

La SER Badajoz pondría a nuestra disposición su archivo sonoro, su estudio para grabar a Don Ernesto Cerezo, el primer locutor de radio Extremadura, que, gracias a los buenos oficios de Emilio Vázquez, se apuntó al proyecto recreando las cuñas publicitarias de la época, así como la programación musical (también contamos con la colaboración de Julián Mojedano). Pepe Gutiérrez puso también a nuestro disposición, la profesionalidad de Enrique Molina, técnico de la radio, para las grabaciones y edición de sonido. Pregones de la época (magníficamente recreados por Ángel Luis López y Cándido Gómez), cánticos infantiles a cargo de la vasta prole familiar, la atmósfera sonora de una época plácida, al principio, y, convulsa, después.

Poco a poco, los ensayos y el proceso de investigación nos fueron sumergiendo en un mundo arquetípico y terriblemente reconocible. El Periódico Hoy nos facilitó la consulta, en sus archivos, de los ejemplares de la década de los 30 que recogían la narración de los hechos y los detalles costumbristas reflejados en papel. También visitamos el Centro de Estudios Extremeños y recibimos información, producto de sus investigaciones, de historiadores y escritores de simpatías e ideologías enfrentadas (Justo Vila, José Hernández Mulero, Francisco Pilo, Ildefonso Sánchez Redondo, entre otros).

Camino de los ensayos, pisábamos las calles por donde había corrido la sangre. Las entrevistas con las personas que habían padecido los acontecimientos narrados desprendían un aire a la vez sencillo y estremecedor. Sin alharacas, contaban los miedos, las tragedias personales, las imágenes grabadas a sangre y fuego en la memoria, las frases que nunca se olvidan, los enconamientos sorpresivos, los aromas de una ciudad de provincias cualquiera, los hechos aislados y las vivencias compartidas.

Todo esto encontró su espacio a lo largo de las siete escenas de "Un Hecho Aislado". Rosa, (María Luisa), la hija del terrateniente, sola en la casa solariega del hoy casco antiguo de Badajoz, y Ana, (Beli) la niña del barrio de San Roque que llega a servir ("He dejado las alpargatas en la puerta"), se convierten en amigas y recorren juntas la década prodigiosa que sacudió la ciudad. Juegos de niñas imitando a los mayores, despertar de emociones y sentimientos, desencuentro, enfrentamientos al borde de la ruptura violenta y, al final, el abrazo de la amistad pura al son de "Suspiros de España".

Pepe Gutiérrez me dijo un día en su despacho: "Al estreno vienen las fuerzas vivas, gente que te puede buscar la ruina si la cagas". Buen motivador, Pepe. El patio de butacas estaría lleno de dignatarios locales y regionales, incluidos el obispo, el presidente de la Asamblea, el director de Hacienda, el alto mando militar, delegación del Gobierno, directores de la prensa regional, altos representantes de las fuerzas del orden, personalidades de la élite económica, social y política de la región y un largo etcétera. Lo que se estaba gestando como un gran acontecimiento único iba a ser recogido en un gran reportaje radiofónico dirigido por Lucio Poves, primera figura de Radio Extremadura, que sería emitido al día siguiente.

"Que no cunda el pánico", me decía a mí mismo. O sí...Teniendo en cuenta que el Teatro López de Ayala había sido bombardeado durante el asalto a la ciudad por las tropas nacionales, me propuse recrear ese instante y, para ello, me dirigí a los estudios de grabación de ProMúsica en Puebla de la Calzada donde, mezclando sonidos de varias aeronaves de la época, conseguimos un efecto de sonido que algunas personas que asistieron al estreno todavía me recuerdan. En un momento del espectáculo, llega un avión, sobrevuela, lanza panfletos que caían desde el peine del teatro y, finalmente descarga una bomba. Conseguimos potencia sonora añadida, alquilando material suplementario a la empresa de Juan Ángel, y lanzamos el efecto en el instante preciso, apoyado por el parpadeo lumínico de la diseñadora de iluminación, Inma García. Nunca he vuelto a ver nada parecido en un teatro. Desde mi lugar en la última fila, contemplé a la totalidad del patio de butacas agacharse aterrorizado, al unísono, en el momento en el que el rugido del avión se hacía insoportablemente próximo, bombardeaba y se alejaba en la distancia. Batallitas.

"Un Hecho Aislado" resplandeció, aparte de por el tema, el sensible y contundente texto de Murillo y la atmósfera escénica y sonora, por el trabajo de las actrices María Luisa Borruel y Beli Cienfuegos. Era su cuarto espectáculo compartiendo escenario, ensayos, convivencia en las giras, afinidades varias y una relación de amistad. Cuando hay confianza, empatía, entrega absoluta al arte interpretativo, el resultado es forzosamente único y especial. Los rasgos de los personajes lo llevaban en sus genes, se impregnaron del material humano y documental y se dejaron llevar. Es uno de los trabajos como director de actores de los que me siento más orgulloso. Marily y Beli conectaron con el público de la ciudad, de la región y de todo el país. Allí dónde íbamos, los espectadores se sentían identificados, los jóvenes se emocionaban al contemplar en carne viva las peripecias vividas por sus abuelos, los críticos desplegaban sus alabanzas y todos los implicados nos sentíamos satisfechos y orgullosos. En Plasencia, la obra recibió el premio a "Mejor Espectáculo" en la Muestra de Teatro Extremeño.

Quedan en el tintero, varias anécdotas y momentos para la posteridad. Nuestra directora de producción, Manuela Vázquez, en su segunda experiencia profesional con Aran Dramática, se fogueó en varios apartados de la preproducción, producción y postproducción teatral. El más pintoresco, en el Teatro Alcázar de Madrid donde la Consejería de Cultura extremeña programó una semana de compañías de la región para difundir el talento autóctono en la capital. Cuando nuestros técnicos y los del teatro habían colgado y cableado los focos en las varas no electrificadas, no fuimos capaces entre todos los presentes de levantar el peso a pulso. Manuela salió a la calle y convenció a un grupo de jóvenes turistas franceses que pasaba por allí para que entraran al teatro, subieran al telar y nos ayudaran a levantar las varas. Así se hizo, entre risas y jadeos.

Transcurridos veintisiete años desde su estreno en el López de Ayala, "Un Hecho Aislado" conserva un lugar especial en este baúl de los recuerdos que estoy compartiendo con vosotros y vosotras. Restan por nombrar los demás componentes del equipo-técnico artístico: Claudio Martín (espacio escénico); Maite Álvarez (vestuario); Pepa Casado (caracterización); Tony Martín (ayudante de dirección); Luis Casero (fotografía); Luis Gonzalo (técnico y conductor en gira) y Benigno Rollán (técnico de iluminación) que nos acompañó en algunas de las funciones de la gira y al que yo exasperaba con mis imitaciones de José María Aznar.
Es lo que tiene el teatro. Es efímero. Ninguna videograbación podrá recoger fidedignamente lo que los espectadores de "Un Hecho Aislado" experimentaron compartiendo con las actrices el hálito de la emoción y el placer liberador del llamado "hecho teatral." La complicidad y comunión sacrosanta entre artista y espectador. En un mismo lugar, aquí, entonces, ahora y siempre.
Eugenio Amaya
Aran Dramática
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